Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 29 de enero de 1856
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 301, 10.346, 10.347
Tema: Continúa la discusión del presupuesto del Ministerio de Fomento para 1856

El Sr. SAGASTA: Señores, siempre me ha chocado que se traigan aquí esas disposiciones que a manera de posdata vienen en los presupuestos de todos los Ministerios, disposiciones que más bien que objeto del presupuesto deben serlo de leyes especiales.

Yo, señores, no entraré a examinar si el puerto de Algeciras es o no conveniente. Desde luego supongo que es útil y necesario; pero lo que no puedo menos de combatir es el que se haga esa recomendación, que por ningún concepto debe hacerse; aquí no cabe más que consignar la cantidad que para obras públicas se crea suficiente, y el Ministerio hace después la consignación según la importancia y las necesidades de las obras. Pero no sucede así, toda vez que viene ahora a proponerse para el Puerto de Algeciras 300.000 rs., [10.346] y yo podría decir: para la carretera tal, 400.000 rs., y otro Sr. Diputado podría pedir que se consignasen otra cantidad para cualquier otra obra que juzgase necesaria, con lo que nunca concluiríamos de recomendar éstas o las otras obras.

Se me dirá que el puerto de Algeciras es de mucha importancia, que es urgente; pero, señores, nunca podrá ser más urgente que la construcción de carreteras que hace cuarenta años se hallan empezadas, y sin embargo, aquí no se hace recomendación alguna relativamente a ellas, ni debe hacerse.

Yo entiendo, señores, que si una vez hechos los estudios de esa obra, y visto que la construcción es urgente, el Gobierno cree que debe llevarla a cabo, él verá que cantidad debe destinarse para eso, y lo dirá; pero venir diciendo por vía de recomendación: tal o cual cantidad de esa que en el presupuesto se consigna has de invertir en esa construcción, no debe hacerse; porque, señores, ¿no habrá ningún puerto más importante que el de Algeciras? Y por de pronto, ¿no habrá alguna otra obra más urgente que ese puerto? ¿No tenemos, repito, una porción de carreteras hace muchos años empezadas, y por las que, vergüenza da decirlo, no se puede marchar en carruaje? Y de esas obras, señores, no se hace ninguna recomendación, y viene a recomendarse la del puerto de Algeciras, de que nadie se ha acordado hasta ahora.

Si la obra es tan necesaria, y yo no lo dudo, el Gobierno mandará hacer los estudios, verá la importancia de llevarla a cabo, y dedicará del presupuesto general de obras públicas la cantidad que juzgue necesaria; pero de ninguna manera se puede pasar por una recomendación semejante en el presupuesto, ley que tan llena está de recomendaciones, y que no debía tenerlas.

Yo creo, Sres. Diputados, que esta partida no debe pasar: si el Gobierno cree que el puerto de Algeciras es conveniente, y urgente su construcción, en buen hora que dedique a eso la cantidad que sea suficiente, todo lo que sea necesario, y la obra se hará; pero no debe ponerse semejante recomendación en esta ley.

(Habla el Sr. García)

El Sr. SAGASTA: No he querido decir que el Gobierno pueda dar destino a su capricho a las diferentes sumas consignadas en el presupuesto. Lo que he dicho es que corresponde a la Administración fijar cuáles son esas obras urgentes y necesarias, y que no debe dejar que lo hagan los Diputados, que pueden no tener los conocimientos necesarios de cuál es la más urgente y necesaria. Esto es lo que ha dicho que no creía conveniente, sino que la Administración debía hacerlo.



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